Consejos para superar el bloqueo creativo

Seguro que más de una vez te ha pasado: llevas horas trabajando en un proyecto y te has quedado encallado, incapaz de saber cómo seguir. O estás intentando empezar y no se te ocurre ninguna buena idea.

A mí me ha pasado infinitas veces, y es que, tarde o temprano, todos nos hemos topado con el temido “bloqueo creativo”.

El bloqueo creativo se manifiesta cuando nos rendimos a los patrones establecidos. Es decir, cuando a modo de supervivencia accionamos en nuestro cerebro el piloto automático y, como consecuencia, dejamos de crear. A menudo se trata de un mecanismo de defensa: si tenemos sentimientos de estrés o falta de confianza en nuestras habilidades, es más fácil para nuestro cerebro no hacer nada que hacer algo y que salga mal.

El bloqueo también puede aparecer ante una simple falta de estímulos creativos. Nuestra creatividad nace de las conexiones que hacemos entre ideas y conceptos distintos. Si nos cerramos a las influencias externas o a la idea de hacer cosas nuevas, o si simplemente agotamos estos recursos, es más difícil desarrollar soluciones originales.

Por eso, es muy importante parar unos minutos e identificar los factores que están causando nuestro estado de inacción.

A grandes rasgos, podemos identificar 3 tipos de bloqueos creativos:

Bloqueo creativo inmediato: el estrés

¡Ah, el estrés! Seguro que a estas alturas ya lo conoces. Ante una situación de estrés, nuestro cerebro puede verse “superado” por las circunstancias y quedarse bloqueado, lo cual, paradójicamente, alimenta más nuestra sensación de estrés. Para ello, lo mejor que puedes hacer es:

  • Practicar el Mindfulness o estado de consciencia plena. Uno de los ejercicios más de moda para combatir el estrés. Conectando con el momento presente, desactivamos nuestro cerebro del modo automático y damos a nuestra mente un merecido respiro.

  • Cambiar de actividad. Uno de los trucos más conocidos para superar un bloqueo es “despejarse”. Tras haber absorbido toda la información que necesitas para tu proyecto, céntrate en una actividad diferente que absorba el 100% de tu atención. Al hacer esto, dejas a un lado los pensamientos automatizados y permites a tu cerebro ser creativo.

Bloqueo creativo temporal: la rutina

Levantarse, ir a trabajar, volver a casa, acostarse,… y vuelta a empezar. La rutina de por sí no es mala, ya que el ser humano necesita un mínimo de estabilidad para sentirse seguro y en control. Sin embargo, la creatividad puede verse afectada por un exceso de rutina, ya que es todo tan previsible, que nuestro cerebro no recibe nuevos estímulos para ser creativo.

  • Identifica los patrones que sigues y modifícalos. O dicho en plata: ¡cambia tu rutina! Como explica Julia Cameron, autora de El camino del artista, la creatividad es como un pozo que hay que ir llenando con nuevas imágenes y experiencias. Probar una receta de cocina nueva, escuchar música que normalmente no escucharías o entablar una conversación con un desconocido son experiencias que tienen el poder de ensanchar tus horizontes. Incluso algo tan simple como tomar otro camino a la hora de ir el trabajo puede dar a tu cerebro un respiro de la rutina y ayudarte a ver las cosas de un modo nuevo.

Bloqueo creativo estructural: el vacío 

O también conocido como “miedo a la página en blanco”. A veces, puedes encontrarte paralizado ante la idea de no poder crear algo “original” o “suficientemente bueno”. Ante esta situación, mi recomendación es:

  • Exponte a la incertidumbre y atrévete a experimentar. Haz algo por primera vez. Mantén tu visión incluso aunque esté fuera de lo establecido. ¡Y deja de juzgarte con tanta dureza!. Esto te ayudará a priorizarte a ti mismo, a tus ideas, y liberarte de la presión de las expectativas.

Recuerdo el episodio de Abstract en el que el ilustrador Christoph Niemann hablaba de su proyecto personal de Instagram, Sunday Sketching, en el que colgaba ilustraciones hechas a partir de objetos cotidianos. Como ilustrador profesional, su trabajo siempre está muy planificado, pero con este proyecto se permitió el lujo de experimentar. “La ausencia de planificación abre una nueva puerta. Resulta muy duro, pero te lleva a momentos mágicos”, decía Niemann. 

La experimentación es clave a la hora de explorar nuevas vías y fomentar nuestra creatividad. Sobre todo, nos ayuda a liberarnos de prejuicios o barreras autoimpuestas y dejar a la imaginación volar libre. 

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