Cuando hablamos de stakeholders en el desarrollo de software —una app, una herramienta online, un sistema para gestionar tareas— muchas veces pensamos solo en programadores. Pero lo cierto es que un buen proyecto de software necesita más que código: necesita personas con distintos roles, intereses y puntos de vista.
A estas personas se las conoce como stakeholders, y sí, aunque el nombre suene serio, su papel es muy sencillo (¡e imprescindible!).

¿Quién es un stakeholder?
Imagina que estás construyendo una app desde cero.
Quizás es una aplicación para planificar rutas de montaña, una plataforma educativa o una agenda digital para terapeutas. Desde el momento en que la idea toma forma, ya no caminas sola: empiezan a aparecer personas a tu alrededor que tienen algo que decir.
En pocas palabras, un stakeholder es cualquier persona que se ve afectada por el proyecto o tiene algo que aportar en él.
Pueden ser quienes usarán la app, quienes la financian, quienes la diseñan o quienes la prueban. Desde la jefa de producto que valida las decisiones estratégicas hasta ese usuario final que solo quiere que su app de recetas funcione sin errores… todos ellos son stakeholders. Y cada uno tiene una perspectiva valiosa.
Tipos de stakeholders (y por qué todos son importantes)
Piensa en un proyecto como en una orquesta.
Cada persona cumple un papel diferente, pero todas contribuyen a que la melodía suene bien.
En el desarrollo de software, pasa lo mismo: los stakeholders forman parte del conjunto y su coordinación es esencial.
Aquí van algunos de los perfiles más habituales (y necesarios):
- Clientes y usuarios finales: Son quienes usarán el producto. Su opinión no es opcional: es la brújula del proyecto.
- Gerentes de proyecto: Las personas que orquestan los tiempos, recursos y equipos. Hacen que las piezas encajen.
- Equipo de desarrollo: Programadores y técnicas/os que convierten ideas en funcionalidad real. Son quienes dan forma al código.
- Equipo de calidad (QA): Revisan que todo funcione, detectan errores y aseguran una buena experiencia. Son los ojos críticos antes del lanzamiento.
- Patrocinadores: Aportan recursos, expectativas y visión de negocio. Sin ellos, muchas ideas no podrían despegar.
Cada uno de ellos mira el proyecto desde un ángulo distinto. Y ahí está el reto: escuchar a todos sin perder el foco.
¿Por qué es tan importante tenerlos en cuenta?
Imagina que estás horneando un pastel por encargo. El cliente quiere chocolate, la nutricionista pide que sea sin azúcar, tu equipo de cocina propone nuevos ingredientes y el repartidor necesita saber a qué hora salir. Si ignoras a alguno, algo puede salir mal.
Así de importante es considerar a los stakeholders en el desarrollo de software. Cada uno tiene una pieza del rompecabezas y entender su visión mejora las decisiones que se toman durante el proceso.
Beneficios de implicar a los stakeholders
- Ayudan a definir lo que realmente importa
No todo lo que se puede hacer, se debe hacer. Escuchar a quienes usarán, evaluarán o invertirán en el software ayuda a priorizar funcionalidades con sentido. - Su feedback mejora el producto antes de que sea tarde
Cuanto antes participen, antes detectarás errores, malentendidos o mejoras clave. La retroalimentación temprana ahorra tiempo, dinero y frustraciones. - Generan compromiso y colaboración
Cuando sienten que su opinión cuenta, participan más activamente. Y eso se traduce en mejores decisiones, menos conflictos y mayor motivación en todo el equipo.
Como explica Atlassian, involucrar a los stakeholders desde el inicio mejora la alineación del equipo, acelera la toma de decisiones y minimiza malentendidos.
Cómo gestionar bien a los stakeholders
Involucrar a muchas personas en un proyecto puede parecer abrumador, pero con una buena comunicación y expectativas claras, la cosa cambia. Gestionar a los stakeholders no es controlar a la gente, es construir puentes entre visiones distintas.
Piensa en ello como organizar una comida familiar: cada quien trae algo, pero tú decides cómo combinarlo todo sin que la mesa colapse.
- Habla claro y seguido
No hace falta usar tecnicismos ni mails eternos. Habla con claridad, frecuencia y empatía. Un “esto es lo que estamos haciendo y por qué” vale más que cien reportes. - Alinea expectativas desde el principio
Es mejor decir “esto no lo podemos hacer ahora, pero lo tendremos en cuenta” que prometer lo imposible. La honestidad ahorra malentendidos (y disgustos). - Si hay conflictos… escúchalos
Van a surgir. Pero si sabes escucharlos, identificar lo que hay detrás y negociar desde el respeto, suelen convertirse en acuerdos más sólidos. Escuchar, más que convencer, es la clave.
❓ Preguntas frecuentes (por si te lo estabas preguntando)
¿Y si dos stakeholders piden cosas que se contradicen?
Bienvenida al club. Es más común de lo que parece. La clave está en entender el por qué detrás de cada petición. Habla con ambas partes, prioriza lo que más valor aporta al usuario y negocia con claridad. Buscar un punto medio no siempre es ceder, a veces es avanzar.
¿Cómo actuar con stakeholders difíciles?
Empieza por escuchar, incluso si el tono no es el mejor. Muchas veces detrás de una actitud difícil hay inseguridad o frustración. Escucha, informa con transparencia y define límites amables pero firmes. A veces, solo necesitan saber que están siendo tomados en serio.
¿Cómo hacer que participen más?
Hazles sentir parte del equipo. Invítalos a reuniones clave (aunque solo sea para escuchar), comparte avances en lenguaje accesible y agradece su aportación, incluso si no se implementa. Sentirse escuchado anima a seguir colaborando.
En resumen…
“No diseñamos para máquinas, sino para personas.”
Podrías tener el código más limpio, el diseño más bonito y el equipo más talentoso… pero si no tienes en cuenta a las personas que rodean el proyecto, algo se queda corto.
Gestionar stakeholders no es una tarea extra, es parte del corazón del proyecto.
Es escuchar, alinear, construir con otros y para otros. Es recordar que cada decisión técnica tiene un impacto humano.
Y cuando haces que todas esas voces se escuchen (sin que se solapen), lo que construyes no es solo software: es una solución con sentido.